25/1/13
Reflexiones sobre la
hipocresía de la superficialidad.
Ultimamente he estado pensando en lo superficial que se ha
vuelto el mundo. También que la gente que dice ser menos superficial
tristemente son quienes más lo son.
Todo vino a cuenta de que yo estaba destrozado por un
rechazo, uno de los argumentos que me contaban para que la olvidara y me
animase fue que ella no era guapa. ¿Qué cojones tiene que ver? Fue lo primero
que pensé. Lo fuese o no, no me enamoré por el físico. Me enamoró su
personalidad, sus gustos, su carácter.
Cuando se lo conté a los compañeros me miraron con cara rara. No puedo creer lo
superficiales que llegan a ser.
Las opiniones de los demás me importan una mierda. Lo que
cuenta es que para mí era perfecta. Me parecía la más guapa de todas, las demás
no eran comparables. La belleza es algo subjetivo. A mis ojos las demás eran
todas iguales, todas las demás visten igual, hablan igual, escuchan la
misma “música” y no tienen personalidad
propia.
Yo siempre me creí superficial. Me han hecho ver que no lo
soy tanto. Pues de quien me enamoraba siempre la tenían por “fea”. Me solían
preguntar: ¿Por qué te gusta?, ¿qué ves en ella? Y entonces me preguntaba yo
mismo: ¿Y ellos que verán en las demás? Son todas iguales, parecen copias mal
hechas.
Ahora todo el mundo se queja de lo superficiales que son los
demás. Sin embargo, no paran de criticar a los demás: que si es feo o fea, que
si esta gordo o gorda, que si viste diferente, que si escucha música que no
está de moda… ¿Por qué son tan
hipócritas?
Si alguien diferente pide salir a cualquiera de los “normales”
de ahora es rechazado al instante, sin tener nada más en cuenta que la apariencia.
Corren a contárselo a sus amigos y amigas que fulanito o fulanita le ha pedido
salir, les preguntan que qué pasó y responden: le dije que no, claro.
Si solo queréis a alguien por el físico, luego no os quejéis
de que no os valoran como persona.
Esa forma de pensar sí que da asco.
Los cánones de belleza están sobrevalorados. Quien se salga
de ellos ya no es considerado como guapo o guapa. No permiten ver la belleza de
las personas.
Parecemos gilipollas, quiere a quien te quiera. Que te quiera
por tus defectos, por qué no eres como los demás. Los defectos nos permiten ser
únicos. Si todos fuésemos exactamente iguales, ¿Qué más daría querer a una o a
otra? Cada uno somos únicos, por eso se nos quiere, por eso se nos diferencia
del resto. Por esto nos enamoramos de uno y no de otro.
Siempre he buscado ser único, no cambiar mis defectos,
quererlos. Y me siento orgulloso de que nunca me hayan dicho que soy como los
demás. Por ello encontraré a alguien que me quiera tal y como soy, que no trate
de cambiarme y que le parezca perfecto.