viernes, 3 de enero de 2014

3/1/14 (2)

28/12/13 - 29/12/13
Viaje a Burgos. 

Al llegar a la estación Ruth y su madre ya me estaban esperando en la estación. En el bus nos hicimos decenas de fotos. Comimos un montón de gominolas y algo de queso. el viaje se nos hacía muy largo. Ruth intento dormir, pero yo estaba hablador y no la dejaba. En una paradita me dieron el almuerzo: media baguette con tortilla de patatas. Estaba riquísimo pero no pude acabarlo todo, no me entraba. Por fin, sobre las 5 creo recordar, llegamos a Burgos. Hacía tanto frío que te dolían las orejas. Ruth no se aclaraba con el mapa y dimos unas vueltas de más. Por fin llegamos al hotel. Oh, allí hacía casi demasiado calor, pero a ninguno se nos ocurrio regular la temperatura de la habitación con el termostato que allí había. Ruth se fue a dar una ducha y yo… Pues a probar la cama, ¿como no? Me quedé tostadisimo viendo la tele. Cuando salí de mi estado de ensoñación me di cuenta de que la peliazul ya estaba en su cama. Las nuestras estaban pegadas. Cuando se acercaba la hora de cenar bajamos al bar del hotel a preguntar por algún sitio al que ir a cenar. Al bajar fue muy extraño. Cuando nos entramos vimos en la barra a un grupo de melenudos  de cierta edad ya y cuando nos acercamos nos fijamos en que había dos que nos resultaban… “Conocidos”. Tanto que íbamos a verlos tocar unas horas más tarde. Cuando nos dimos cuenta de la situación, con mucha vergüenza y disimulo nos pusimos a mirar la carta del bar como si no nos hubiésemos dado cuenta. Salimos del hotel y miramos por la ventana desde otro ángulo para estar seguros. Si, eran Frank y Carlitos. Más tarde descubriríamos que había otros dos integrantes: el bajista nuevo y el violinista que sustituía a Moha. Estabamos flipando. Rapidamente lo contamos por un grupo de WA. Segundos después salieron y entraron a un coche negro que había en la calle. Ruth decía que había alguien en el asiento del conductor, ¿quién sería? Después fuimos a cenar a un bar que encontramos. Hablamos de muchas cosas que ya ni recuerdo. Al volver al hotel nos cambiamos de ropa y nos preparamos para ir al concierto. De nuevo no nos aclarábamos con el mapa así que recurrí al GPS del teléfono. Cuando llegamos a la sala había una cola impresionante. Casi antes de entrar dije: parece mentira que una vez hayamos sido los últimos de la cola. Nos verificaron la entrada y nos pusieron un sello en la mano. Como habíamos comprado entradas vips fuimos a la zona que teníamos reservada. Oh… Solo nos separaba una fila de chicos,  que habían llegado antes, del escenario. Tenían como intro un fragmento de la película ‘Abierto hasta el amanecer’ que hablaba, básicamente, sobre tipos de chochos. Pronto entraron en escena ‘Bürdel King’. Y entonces llegó Txus, con una ropa muy “Glam”. Joder, me ponía hasta a mi. Tras cantar unas canciones de su disco y dirigir unas cuantas palabras al público y su buen humor, salieron del escenario. Fue muy brutal y divertido. Nos tocó esperar bastante hasta que por fin salieron ‘Mägo de Oz’. Fue entonces cuando supimos quienes eran los otros del hotel. Fue muy triste saber que Moha se había roto la clavícula jugando al fútbol. Enseguida lo “wasapeamos”. Saltamos, gritamos, cantamos… Lo dimos todo en el concierto. Zeta me señaló un par de veces, fue algo inquietante, pero divertido. Y bueno… A Ruth también la señaló una vez y también le guiñó un ojo, creo recordar. Conseguí atrapar una púa, aunque no recuerdo quien de ellos la lanzó. Y Ruth… Pues tuvo más suerte y atrapó otra como la mía y además, la del bajista. Cuando tocaron todas las que tenían previstas nadie quería que se fuesen, así que todos pedíamos otra… u otras 10. Y bueno, no se negaron. Al terminar repartieron algunas púas más, botellas de agua y las baquetas de Txus y, ¿a que no adivináis quién se llevó una? Ruth. Que suerte tiene. Y que envidia le tengo. Después nos dirigimos a la zona del “merchan” a gastarnos nuestros ahorros. Compré una camiseta y una chapa de “Hechizos, pócimas y brujería” y me habría comprado también el disco, pero no lo tenían, así que compré el “Celtic Land”. La peliazul compró también ese disco y el de ‘Bürdel King’, el libro biográfico de Txus y le regalaron una chapa. Pero la cosa no acabó ahí. Comprar el libro te daba derecho a que Txus te lo firmase en el “backstage”. Allí nos dirigimos emocionados. Yo no lo compré, pero claro, iba con ella. Al llegar allí nadie de la cola tenía un permanente, oh espera, yo sí. Por fin nos tocaba. Se había cambiado de ropa. A Ruth le firmó sus discos, el libro y creo que también la baqueta. Y no olvidemos dos besos. Luego me firmó mi disco y la entrada. A mi solo me dio la mano, pero bueno, que se le va a hacer. Tras preguntarnos que qué tal lo habíamos pasado en el concierto y poco más nos hicimos una foto. Nos despedimos de él, esperamos a que me devolviesen el permanente y nos fuimos a presumir. Volvimos al hotel, pero, ¡la noche no podía terminar ahí! Así que buscamos en el GPS bares en los que pusiesen heavy metal y encontramos dos. Eran brutales y estaban muy cerca el uno del otro. En el primero había hidromiel, podríamos haberla probado. En el segundo todo el techo y partes de las paredes estaban cubiertas de posters de grupos. Nos encantaron. Espero que volvamos a ellos algún día. Serían ya las 4 o las 5 de la mañana cuando volvimos al hotel. Solo nos faltó volvernos a encontrar con alguno en algún bar u otra vez en el hotel. Bueno, nos pusimos los pijamas, nos dimos las buenas noches y caímos rendidos. 
A la mañana siguiente nos despertamos sobre las 11:30. Nos vestimos, recogimos todo y salimos del hotel. Como hasta las 5 no salía el bus dejamos la maleta en una taquilla de la estación y fuimos a dar una vuelta. Había mucha gente por la calle. Nos hicimos más fotos, entramos a muchas tiendas y lo pasamos bastante bien por allí. Para comer fuimos a un kebab. Nos llenamos todo lo que el estómago nos permitió y más. Continuamos con algunas tiendas cercanas a la estación y tras hacer una paradita en los servicios y recoger la maleta, subimos al bus. Hablamos un poquito más y en la tele pusieron la película 'Frankenweenie'. Obviamente la vimos. Al terminar, como aún faltaban horas para llegar, nos echamos una siestecita. Al llegar subimos a mi casa para tomar un café. Al final creo que solo se lo tomó la madre de la peliazul. Nosotros, como de costumbre, nos echamos en la cama. Bueno, esta ocasión estábamos más cansados que otras veces. Cuando ya se iban las acompañé al coche y nos despedimos. Volviendo a casa me asaltaban un montón de recuerdos, uno en especial. Las palabras que Txus había escrito en mi entrada:  ¡¡Stay Oz!!


3/1/14


He decidido hacer una especie de cuaderno de bitácora. Así podré dejar constancia de algunos de mis viajes por si en un futuro se me olvidase algo o por si a alguien le interesa. Empezaré por el viaje que hice a Valladolid hace pocos días. Me habría gustado escribir sobre todos o casi todos, pero ha llovido demasiado desde la mayoría y no los recuerdo demasiado bien. Algunos serán muy cortos y otros... Bueno, más extensos.

26/12/13
Viaje a Valladolid

Salí de Zamora hacia Valladolid. Estuve solo hasta que el bus hizo su escala en Toro y entonces subió Ruth. Tras saludarnos y hablar un poco entre nosotros nos conectamos al WA para hablar con una amiga a la que íbamos a conocer allí. La conozco desde que jugaba a NosTale, aunque no en persona. Mantuvimos el contacto a través de redes sociales. Siempre suelo llamarla por su nick: Kelpie. El trayecto en bus se hizo un poco aburrido. Al llegar a la estación la vi a través del cristal y la salude con la mano. Al bajar corrimos a abrazarnos por primera vez. Fue un gran abrazo, de esos que aprietas y aprietas y no quieres soltarte. Tras cambiarle el agua al canario y esperar el bus, fuimos a un centro comercial al que ya había ido una vez antes, el 'Rio shopping'. Entramos a muchas tiendas y el tiempo se pasó enseguida, tanto que volvimos para comer cerca de las 5 de la tarde. Comimos en un Burger y fuimos en busca de otras cuantas tiendas más. Todo lo que compré fue un juego de segunda mano de zombis. Ah, y a Kelpie le regalé un colgante que compré en Lanzarote hace unos años. Tras otro gran abrazo de despedida subimos al bus y volvimos a Zamora. Lo pasamos genial los tres juntos y espero que podamos repetirlo muy pronto.